Lo de Carlo Ancelotti no ha sido otra cosa más que bajar de la Décima, a la novena puerta. Sin embargo, él mismo ha sido quien se ha enterrado en ese infierno dominado por Don Florentino Pérez. Al tiempo que escuchaba una y otra vez las alabanzas hacia Carletto el pasado sábado en el Bernabéu, no he parado de preguntarme en qué momento a la afición del Real Madrid se le había pasado por la cabeza la idea de la permanencia del entrenador. La cosa se veía venir, y la insistencia de la plantilla en las redes sociales, lo confirmaba… Algo a Florentino y compañía, les estaba sabiendo amargo.

Y es que a pesar de haber llegado a hurtadillas y haber logrado reconstruir un vestuario destrozado en la era Mourinho, la cosa nunca había estado bien del todo. Ancelotti ha ‘muerto’ preso de su calma, de sus silencios. La Junta Directiva ha valorado más el año de sequía que sus brillantes comparecencias ante la prensa, que su ardua labor… y que sus números. Un 75% de victorias en 120 partidos oficiales jugados en dos temporadas, no son suficientes para borrar un año de sequía. 89 partidos ganados, 14 empates y 16 derrotas tampoco son suficientes. Lo mismo, que un saldo positivo de 219 goles a favor, producto de 322 goles a favor y 103 en contra.

Haber ganado en una campaña un título más que su predecesor Mourinho en tres, siendo además uno de esos títulos la tan ansiada Décima, no han sido suficientes. Y a la larga, hay que darle la razón a Florentino, digno representante del paladar negro del madridista de pura cepa. A pesar de que como presidente ha debido salir corriendo una vez, y va camino de lo mismo, el demonio acaba siendo el entrenador.

Suele decirse que «lo más fácil es deshacerse del entrenador». Lo cierto esta vez es que este les ha dado los motivos servidos en bandeja. Lo que vale en el fútbol son los resultados y Ancelotti los ha conseguido a medias. Su fútbol nunca ha convencido, sin embargo, todo había quedado de lado tras ganar la Copa del Rey y la Champions, eliminando ni más ni menos que al Bayern de Pep y venciendo al Atleti en una final donde al equipo también le había costado entrar en el partido.

En lo deportivo las cosas no cambiaron. Prueba de ello han sido las tres derrotas  al comenzar La Liga 2014-2015, que han incluido además empate y derrota ante el Atleti en la Supercopa, en lo que significó una hegemonía post final de Lisboa del equipo de Diego Pablo Simeone que ha durado siete partidos. Ese mal comienzo también ha quedado tapado. Sin convencer pero logrando 22 victorias al hilo y el Mundial de Clubes, el Real Madrid seguía siendo el mejor equipo del mundo.

Pero tras el parón navideño la cosa continuó igual y hasta empeoró. Las lesiones de Modric y James, y los problemas personales de Cristiano dejaron en evidencia que el equipo seguía dependiendo de su fútbol. El Atleti continuaba con su hegemonía y de manera espectacular, con apabullantes resultados que dejaron a los de Ancelotti fuera de la Copa del Rey. Y para colmo de males solo en marzo consiguió ganar apenas un partido liguero de cinco, lo que les complicó la historia.

La Liga le ha continuado siendo esquiva al italiano, y los títulos de los que tanto había alardeado el madridismo, no solamente los ha perdido, sino que ha padecido. La Copa del Rey ante el Atleti de Fernando Torres, y la Champions, ante la Juventus de un Álvaro Morata a quien nunca habían hecho cuajar en su Real Madrid.

Sin títulos, no hay paraíso en clubes de paladar negro… Ancelotti ha convencido con su trabajo silencioso, pero por lo visto dentro del campo de juego, lo suyo no ha sido más que la crónica de una muerte anunciada.

Sobre El Autor

Gaby Alonso

"El esfuerzo es la magia que transforma los éxitos en realidad" Diego Simeone.

Una Respuesta

  1. Miguel

    Felicidades, excelente artículo, una prosa exquisita y un análisis meritorio de un concentrado seguimiento de la etapa merengue de Ancelloti. Injusto cese de un magnífico entrenador.

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