Betis, más exigencia y autocrítica

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El Betis de la temporada 2015-2016 echó a rodar, aunque todavía no carbura. Como viene siendo habitual, la primera parte de la pretemporada ha tenido lugar en Montecastillo donde el equipo disputó varios amistosos dando una pobre imagen. Actualmente los hombres de Pepe Mel han finalizado su segundo “stage” en Alemania y ya regresan a Sevilla para continuar la preparación. Una pretemporada que está dejando malas sensaciones entre los aficionados verdiblancos.

Exigencia. Esa fue la palabra que recalcaba Pepe Mel tras culminar el ascenso el pasado 24 de mayo. Sus palabras iban dirigidas a la afición: “Sois los que tenéis que poner la exigencia. Ponedla, este club no se puede dormir”. El problema viene cuando los seguidores exigen y desde el club no son exigentes. La actitud de los últimos tiempos es poco acorde a su discurso. Y eso no pasa desapercibido.

Otro tema que levanta cierto murmullo y malestar entre los verdiblancos son las declaraciones post-partidos en esta dudosa pretemporada. Tenemos que escuchar que el Betis perdió con el Lepe por no tener extremos, al igual que las derrotas en Alemania llegaron porque los otros equipos estaban más rodados. Cero autocrítica. Algún día me encantaría escuchar a Pepe Mel dar una rueda de prensa al estilo de Paco Jémez.

Mientras sí mientras no, el bético parece poco ilusionado de momento. La operación llegada se encuentra atascada, con una blanda defensa y un ataque que parece volver a depender de Rubén Castro. El futuro del club respecto al tema judicial, la renovación o no renovación del canterano Dani Ceballos y la mala imagen que está dejando el equipo en estos primeros compases de pretemporada hacen dudar. Es cierto que hay jugadores nuevos que tienen que adaptarse al sistema de juego, compañeros y demás, precisamente para eso está este periodo, el problema es que no se ve cambio ni evolución alguna de un partido a otro.

A tres semanas para que dé comienzo la temporada, el Betis tiene mucho trabajo por delante. Tiempo, confianza y seguir exigiendo. No queda otra.