¿Recuerdas cuando hace no muchas semanas, reclamabas futbolistas que jugaran por amor a la camiseta, en lugar de por dinero? Pues no recuerdes tanto. Tus deseos se hicieron realidad… La Copa América de Chile 2015, es amateur.
Hace algunas semanas, os contaba cómo a América no le caía del todo bien, la salida de Joseph Blatter de la FIFA, por estar tanto o más involucrada que el propio suizo, en el escándalo que se desató apenas dos semanas antes de la disputa de una nueva edición del máximo torneo continental.

Mucho hemos escuchado estos días, acerca de que varios futbolistas, como Lionel Messi, cambiarían sus títulos a nivel de clubes, por ganar la Copa América con su selección. Mucho hemos escuchado a los chilenos hablar cómo, por séptima vez, organizan la Copa para obtenerla por primera vez…

Estos días escuché a más de uno, tratarles de locos. Comentarios como… “una Champions es más importante”, o cosas por el estilo, a diestra y siniestra.

Lo cierto es que cada uno tiene sus deseos, y lucha por ellos. Aunque tengan que dejarse la vida, o el dinero en ello.

Porque la realidad es que la Confederación Sudamericana de Fútbol fue una de las más golpeadas por el escándalo de la FIFA y ahora mismo, no tiene para pagar ni los hospedajes de las doce selecciones participantes, ni los premios que ascienden a casi doce millones y medio de euros.

Ahora mismo, ningún anunciante ni directivo de empresa televisiva, está dispuesto a firmar ningún cheque que vaya destinado a una multinacional observada por el FBI por su vinculación a la corrupción. Tanto es así que su sede, ubicada en Paraguay, era hasta hace algunas semanas, tierra de nadie. Directivo que quisiera desaparecer, podía entrar allí, y quedar blindado diplomáticamente.

Ahora mismo, los futbolistas que están defendiendo a sus selecciones en la Copa América, lo hacen por el más puro amor a su camiseta. Nadie, pero nadie, podrá levantar el dedo acusador y reclamar profesionalidad, pues están jugando, literalmente, por amor a la camiseta.

Ahora mismo, y hasta que aparezca una solución, el gobierno chileno deberá afrontar los gastos de organización y no habrá premio alguno para los cuatro finalistas.

Ahora mismo, y tal como cada vez que alguien viaja al Vaticano y se pregunta ¿para qué tanto oro?, más de uno podrá cuestionarse ¿de qué le sirve a la Conmebol el “palacio árabe” que formó como sede, si no tiene para responder ni los torneos que organiza?

Ahora mismo, lo único que diferencia a Chile 2015 de la primera edición de 1916, es que esta vez, sí habrá un trofeo en juego. Por lo demás, América parece haber vuelto oficialmente al amateurismo y los únicos «premios» con valor económico que podría poner Conmebol sobre la mesa, son las propiedades de los dirigentes detenidos o, gestión mediante, el Ferrari destrozado por Arturo Vidal.

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