Tampoco esta vez. El fútbol vuelve a jugársela a Argentina. La selección albiceleste vuelve a quedarse a las puertas. Continúa el maleficio. Años lleva ya la selección actualmente liderada por el ‘Tata» Martino sin saber a qué sabe la gloria, qué sentimiento despierta una victoria, cómo se siente uno saliendo triunfador. Dos en un mismo año. Duro, demasiado duro.

Ni Messi, ni Agüero, ni Di María (que se tuvo que marchar lesionado), ni tan siquiera Mascherano (tan jefazo como siempre, tan importante como cada día, tan imprescindible como en cada partido), ninguno de ellos ni ninguna otra de las estrellas que componía el equipo pudo hacer campeona a su selección. Ni un solo gol en todo el encuentro, prórroga, tanda de penaltis y se acabó. Adiós de nuevo. Adiós al sueño de verse campeones, en esta ocasión de la Copa América. Enhorabuena por cierto al país anfitrión y campeón, Chile. Su primera Copa de América ha sido la que ha evitado que Argentina levante su decimoquinta. Llegará pibes, llegará.

La desesperación, la frustración, la incomprensión, la tristeza y la dureza de verse de nuevo, por segunda vez en un año como subcampeón. Aquellos que alguna vez hayáis competido en algún deporte y lo hayáis vivido sabréis de qué os hablo. La satisfacción interna de haber llegado hasta ahí pero el dolor y la frustración de no haberse llevado el triunfo. Por saberse capaces, por saber que aún habiendo dado todo lo que se podía no se pudo. La sensación de que se está escapando una oportunidad y de que la próxima tardará en llegar. La convicción de que esta vez será la última, pero te vuelves a levantar, vuelves a competir y en un mismo curso, en una competición diferente vuelves a ser el que mira. El que se queda a las puertas. El que se aferra a la esperanza de que algún día será quien levante la copa. El que pese a la frustración de lo injusto que puede ser a veces el deporte con el deportista, sabe que solo queda seguir trabajando y luchando por conseguirlo. Así se quedó Argentina sobre el terreno de juego. Incrédula, dolida, triste. Sin saber cómo se reacciona ante un nuevo desbarajuste como el vivido en Chile. No bastó con haber perdido frente a Alemania en el Mundial, ahora había que caer derrotado en penaltis en la Copa América. El fútbol comienza a deberle una muy gorda a Argentina.

Tras 92 minutos llegaban otros 30 agónicos de prórroga. Las fuerzas que flaquean y se sacan de donde ni las hay nos llevaron a una tanda de penaltis desastrosa. Sólo Messi pudo anotar en la portería de Bravo. El fallo de Higuaín, la parada a Banega y los aciertos de Chile. No había que esperar más. Se esfumaba la Copa por la que llevaban luchando cada partido, se iba a las manos de otro país, se iba a la vitrina, hasta ayer vacía de este título, de otra selección. La albiceleste dijo ayer adiós a la oportunidad de conseguir «la niña bonita», de sumar 15 copas de América, de romper un maleficio, de volver a ser quienes fueron.

Jugaron de una forma sobria, avanzaron cada etapa con partidos que no dejaban grandes resultados pero lograron tomar la final. La tanda de penaltis, la suerte. Esa que volvió a dejarles tirado, esa que volvió a arrancar un sueño de las manos de los argentinos. Esa misma suerte que hizo que fallaran ocasiones que podían haber otorgado el título. Esa suerte que ayer acompañó a Chile y se olvidó de nosotros, los que seguimos a la albiceleste, los que la apoyamos y los que queríamos verla salir triunfadora de este torneo. Pero tranquila Argentina, dicen que existe algo llamado karma que todo te lo devuelve, y si no siempre podemos seguir rogándole a ‘D10S‘. Porque con él o sin él, con suerte o sin ella, Argentina dejará de ser algún día la eterna segundona. La que se queda a las puertas, la que no gana las finales y volverá para estar en lo más alto del pódium.

2 Respuestas

  1. tiziano

    que bien escrito que está este artículo, muy sincero y claro, soy de Argentina y es verdad que la situación de la selección nacional es difícil, por si acaso efectúo un aporte a quienes lean este comentario de que en el noroeste argentino y en otras regiones se habla mucho de «la promesa incumplida», para quienes no sepan de que se trata, fue que en 1986 los jugadores de aquella selección capitaneada por Maradona y dirigida por Bilardo se estaban preparando físicamente para el mundial de Méjico en una zona de altura, precisamente en Tilcara, un pueblito de Jujuy, al norte de Argentina, allí hay una capilla que data de la época colonial y los lugareños son devotos de una advocación mariana, la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral, se dice que esa selección le prometió a esta milagrosa imagen que si ganaban ese mundial volverían a agradecerle, lo cual no hicieron después de ganar la copa y desde entonces no pudieron ganar otra final del mundial, ese episodio se denomina «la promesa incumplida» y hasta el día de hoy muchos norteños y argentinos de otras regiones piden que la selección de 1986 cumpla esa promesa, incluso hubo una petición al Papa Francisco solicitándole que los inste a cumplirla, puede que algún día la promesa se cumpla y Argentina vuelva al podio como dice esta nota periodística

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    • Cris De León
      Cris De León

      ¡Muchas gracias!Y lamento la tardanza de estas palabras de agradecimiento, acabo de percatarme de la existencia del comentario. Que un argentino reconozca un buen trabajo sobre su selección (cuando yo no lo soy) se agradece el doble.

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