Si alguien nos dice que echemos la vista atrás, ahora mismo, a lo que estábamos haciendo con nuestras vidas hace unos 10 años…a más de uno le da un patatús. ¿Quiénes éramos? ¿Cómo éramos? ¿De qué nos preocupábamos? ¿A qué nos dedicábamos?  Es complicada la tarea de tirar de memoria, de recuerdos, de anécdotas, momentos malos, buenos, y magníficos…habrá de todo un poco. Lo mismo le sucede a los futbolistas porque señores no olviden que ellos también son humanos.

Hace diez años, ni uno más ni uno menos. Jugadores de la talla de Gago, Agüero, Biglia, Garay, Zabaleta o Messi ya sabían a qué dedicarían el resto de su vida. A darle «patadas» a un balón, a jugar con él, a mimarle, y a intentar levantar títulos.  Se dedicarían a ser quienes son, los integrantes de una de las mejores selecciones del mundo y a su vez jugadores de renombre mundial. Han estado todos muy acertados en su decisión (por qué no habré tomado yo la misma…)

La gran mayoría de ellos eran, nunca mejor dicho, unos pibes, por completo. Unos 18-19 años tendría la mayoría de los aquí citados y ya estaban trabajando en ser quienes hoy son.  Profesionales que han conseguido no solo lucir las equipaciones de algunos de los mejores clubes sino de su selección. Y es que no hay mayor orgullo para un deportista de élite que lucir la equipación que representa a su país. Al menos la gran mayoría así lo piensa. Las selecciones nacionales pueden encumbrar a jugadores al Olimpo de los Dioses o bajarles al infierno más próximo. Nunca es fácil. La albiceleste además tiene presión. Mucha. Ser considerada en cada oportunidad como una de las favoritas y una de aquellas de las que más se espera no es nada fácil. Ni hace diez años, ni ahora.

Lo divertido de esta situación de pensar dónde estábamos es cuando te das cuenta de que, como si de un deja-vú se tratase, la vida te da una vuelta que termina casi en el mismo lugar. Luciendo la albiceleste, defendiendo a tu país 10 años después contra el mismo equipo, Colombia. Y contra algunos de esos compañeros futbolistas que en esta ocasión volverán a ser enemigos. Zapata, Zúñiga, Ospina o Falcao ya se han visto las caras frente al elenco de estrellas que unas líneas más arriba cité. Esas que conforman la Argentina de nuestros días con una pequeña diferencia, tan sólo, de diez años. Disputaban la Copa del Mundo Juvenil (del año 2005). Lo más divertido es que si en épocas pasadas Pekerman ejerció de entrenador albiceleste ahora lo hace en el cuadro enemigo, Colombia. (Las vueltas que da la vida, que dice la gente sabia). En aquella ocasión venció Argentina, en esta no sé exactamente cuál de los dos conjuntos llega mejor posicionado, pero sí, con quién vuelvo a ir una vez más.

 

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