Se quejaba Cristiano (primero amargamente, luego con rabia) de un supuesto intento de hurto en Vallecas. El luso le gritaba al linier con una inquina exagerada algo así como: “Roba esto, carallo”. Como si al linier le fuera a quitar el sueño. Será que al Madrid se le escapa la Liga y escudarse en el siempre efectivo hurto se presenta ahora como una efectiva alternativa. En el Manzanares no hay hurto, ya que los jugadores que salieron en verano lo hicieron con el beneplácito del club, pero también se tiende a recurrir al socorrido presupuesto abusivo de los dos de arriba. “Nosotros estamos mejor que el año pasado, pero ellos (Madrid y Barça), también”.

Todo esto otorga una importancia capital a la eliminatoria de la Champions entre los dos madrileños. Después de una temporada repleta de duelos entre ambos contendientes, llega el asalto final. El que gane será coronado como capitán de la capital y el que pierda quedará tocado, más que nada porque no tendrá opción de redención deportiva en lo que queda de temporada. En Lisboa, el duelo más importante se lo llevó el Madrid, aunque esta temporada todas las batallas han caído del lado del comandante general, Diego Pablo Simeone.

Me atrevería a decir que si el Atlético pasa a semifinales lo de Lisboa quedará en un segundo plano. Ganarle la Champions a tu eterno rival se puede quedar en premio menor si meses después pasan por encima de ti hasta en ocho ocasiones, con el colofón de hacerlo en Europa, competición fetiche por antonomasia para Florentino. El Atlético puede hacer historia y lo sabe. El Madrid es consciente de ello. Cristiano teme que llegue el hurto mayor, ese que no puede solventarse con excusas, gestos o lamentos. Dicen que en el fútbol ningún duelo significa el todo o nada, pero algunos se acercan mucho. Este es uno de ellos.

Sobre El Autor

El Vestuario

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.