Empieza por la letra B

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Hay pocas expresiones que me den tanta rabia como la de “BBC”. Sí, nos cuesta llamar a las cosas por su nombre y buscamos la forma fácil pero ¿qué pasa cuando esa abreviatura deja de tener sentido como ocurrió ayer? Karim Benzema, la B central, el hombre del partido, volvió a demostrar que puede hacer (y hace) de 10, de 11, de 7 y de lo que se le ponga por delante. Asistencia de tacón incluida.

El Real Madrid quiso y no pudo. El Barça, con suerte, no sé si merecida o no, acabó perdonando demasiadas.

Mateu Lahoz no tuvo su mejor día. ¿Qué hace un árbitro como él en un sitio como este? Caracterizado por dejar jugar, no tuvo piedad y repartió tarjetas amarillas, con conocimiento de causa o sin él, a diestro y siniestro. Ante la duda, aviso y amonestación. Y yo sigo soñando con el día en que los jugadores no inviertan parte de su energía en engañar al colegiado. Ese día todavía no ha llegado y Suárez, Mascherano y sobre todo Neymar tiraron de interpretación en momentos clave del choque. Creo que a veces se ven absortos por las camisetas y envueltos por el ambiente y se olvidan de lo que es realmente el fútbol.

A pesar de todo y siendo justos, Luis Suárez es el 9 que el cuadro culé necesitaba. Da miedo y sobre todo da mucha envidia.

Ramos y Casillas tampoco ayudaron demasiado. Iker estuvo excesivamente inseguro al principio y transmitió esa inseguridad al resto de compañeros y estoy segura de que también a los aficionados. Las veces que los azulgranas se acercaron al área pequeña, los madridistas rezaron lo que sabían. Y eso que Marcelo se movió por todo el terreno de juego permitiéndose el lujo de hacer incluso filigranas de las que arrancan aplausos. Eso sí, en los últimos minutos a los merengues les podría haber caído un saco si no fuera por el todavía denominado ‘Santo’.

Los de Ancelotti pueden estar seguros de dos cosas: que con Modric todo es más fácil y de que sí, los clásicos hay que ganarlos; pero no siempre gana el mejor.