Tras el empate sin goles del partido de ida, bien podría volver a usar cada palabra y cada frase del artículo de la semana pasada para hablar del derbi. Otra vez derbi. Otra vez Real Madrid y Atlético de Madrid cara a cara, en un partido que nadie quería, en Champions y con todo por decidir.

Solo hay tres pequeños detalles que diferencian al Madrid de hoy con el de hace siete días: las bajas de Gareth Bale y Luka Modric y la duda de Karim Benzema. Para algunos, una bendición para dar minutos a sus favoritos; para otros, lo peor que podía pasar y en el momento en el que más herido puede quedar el conjunto merengue si sus guerreros no salen con vida del duelo.

Ambos tienen una nueva oportunidad. Venganza o puñetazo en la mesa. Destino o trabajo. Todos tienen una excusa para deshacerse del rival y creer que se merecen pasar más que el que tienen enfrente.

Carlo Ancelotti ha visto cómo después de ganar el deseado título que preside la vitrina del Santiago Bernabéu, las cosas no han ido a mejor. El Atlético de Madrid es el equipo a batir y debe hacerlo sin dos o tres de, los que para mí, son imprescindibles. Bale, Modric y Benzema siempre. En las buenas y en las malas. En la riqueza y en la pobreza. En la salud y en la enfermedad. Solo que esta vez la enfermedad ha llegado por partida triple.

El Madrid va a tener que dar mucho más de lo que creía necesario, Ancelotti tendrá que hacer borrones más de una vez en su pizarra y la afición se quedará afónica antes de lo previsto. Espero que al menos les duren las cuerdas 90 minutos o alguno más.

El reto es aún mayor, pero cuanto más difícil sea el camino, mayor será la gloria en la victoria. No recuerdo si la frase era así o quién la dijo, pero seguro que en lo que pensaba su autor era en un partido como el de mañana.

Sobre El Autor

Antía André

"Ningún jugador es mejor que todos juntos". Alfredo Di Stéfano.

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