Entre Claudio Bravo y Luis Suárez. Así me encuentro yo. Igual como si estuviera navegando entre dos mares. Igual como si un día de viento me soplara de uno a otro a ritmo trepidante. Mientras uno acciona, el otro reacciona. Lo que no me da uno me lo da el otro. Difícil elección.

Claudio Bravo demuestra su maestría cada partido que juega junto su equipo, el FC Barcelona. Actos de profesionalidad que le avalan como el gran portero que es. Precisamente, una posición criticada, dura, vistosa a veces e invisible otras, pero sea la situación que sea, poco valorada. El guardameta ha ido creciendo y mejorando en seguridad y táctica. Algo que en numerosas ocasiones ha sido fundamental para obtener resultados favorables. En indudables situaciones ha sido su capacidad de reacción la que ha hecho sumar los ansiados tres puntos. Desde la sombra, ha actuado con frialdad y saber estar aportando su mejor granito de arena, la victoria. El chileno ha llevado a la lujuria parando el esférico rival. Gritos de satisfacción, admiración y millones de personas coreando su nombre. Ha parado diez penaltis en toda su carrera y el otro día pudo celebrar su primera parada como azulgrana. Una certificación de intenciones de que viene para quedarse. Larga vida bajo palos azulgranas.

Por su parte, Luis Suárez ha logrado alzarse con el título de futbolista del momento. El delantero uruguayo está en plena forma y acumula registros escandalosos. Tras un inicio difícil después de protagonizar uno de los incidentes más comentados después del mundial, ha pedido perdón de la mejor forma que podía hacer, jugando y marcando. De hecho, su relación con el gol es algo apoteósico puesto que lleva doce goles en los doce últimos partidos. Anotando en todas las competiciones, Liga, Champions y Copa del Rey el uruguayo demuestra así su adaptación al club y a las órdenes de Luis Enrique. Asimismo, el tridente creado junto a Neymar y Messi le añade un notable valor a su camino. Además, su mejor momento llega cuando más necesario es, en el tramo final de la temporada, justo cuando el FC Barcelona puede optar a todo y él quiere demostrar y acierta.

Dos jugadores diferentes. Dos posiciones distintas pero la misma pasión y fortuna con el balón. Dos protagonistas insaciables que crecen semana tras semana. Determinar quién es mejor no es necesario. Cada uno a su manera y con su trabajo. En silencio pero determinante. Menos mal que estoy hablando de amor al fútbol, menos mal que mi amor futbolero no me ciega, menos mal que ambos están en el FC Barcelona y no me hace falta elegir. Silencio que sigo navegando entre ellos, entre Bravo y Suárez.

Sobre El Autor

Mireia Morais

“No hay nada más peligroso que no arriesgarse.” Pep Guardiola.

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