Por fin llegaba el momento. La noche ansiada para los amantes y no amantes del fútbol. ¡Noche de champions! 90 minutos para conocer una de las respuestas más esperadas en los últimos días. ¿FC Barcelona o Bayern de Múnich? ¿Bayern de Múnich o FC Barcelona? Solo un billete de ida a Berlín y dos equipos dispuestos a ser el viajero. A pesar de la ventaja de los hombres de Luis Enrique, en el fútbol no puedes dar por hecho nada. ¡Por eso es tan grande!

Las agujas del reloj avanzaban a ritmo lento. No llegaba nunca la hora del partido. Los nervios recorrían mi cuerpo de cabeza a pies a ritmo frenético. No tenía ni uñas y aún no había empezado. Emoción de fútbol. Emoción de algo grande: ¡la Champions League!

Silbato de inicio y el balón empezaba a rodar . Y de qué manera… el esfuerzo, el entusiasmo, la ambición y el mejor fútbol desfilaba sobre el terreno de juego del Allianz Arena dando aquello que solo este mágico deporte sabe dar: felicidad

Tal y como se predecía, el Bayern intentó, luchó, dominó y tuvo buenas ocasiones. Sin embargo la actuación prodigiosa de Ter Stegen, la combinación del tridente Messi, Suárez y Neymar, además de la unión y actitud del equipo culé fueron esenciales en la primera mitad. En la reanudación las ganas y el buen hacer del Bayern de Múnich quiso poner a los culés al límite del ataque de corazón. Los hombres de Pep Guardiola saltaron con más fuerza y actitud obligando a los azulgranas a reaccionar. Asímismo los goles y la ventaja daban aire en situación de sin aliento.

El silbato final llegaba casi sin darme cuenta ya que cuando eres feliz todo se para. El Bayern marcó tres goles, el Barça dos. El billete destino Berlín era para el FC Barcelona. Pero el auténtico triunfador fue el fútbol, su magia.

Puede que la vida sea como el fútbol, pues hay mucho tiempo en el que no ocurre nada, momentos de muchos fallos y de pocos aciertos, pero momentos de ritmo, goles y triunfos, en definitiva, de buen fútbol. Y el buen fútbol da la felicidad. ¿Por qué? porque el fútbol me aleja de los problemas, tras los encuentros hay un aprendizaje, porque cada vez que saltan 22 futbolistas con ánima luchadora en una cancha dejo todo de mí, porque aparte de poder apreciar un equipo, a un jugador, es ese amor al fútbol lo que me hace feliz. La felicidad del fútbol.

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