A veces intentas cambiar, mejorar aquello que te dicen que te pierde, intentas contentar a los demás pero mientras tú lo intentas algo te dice que no, que tú no eres así y al final todo vuelve a la normalidad y te despiertas de esa realidad que no va contigo. Tú lo has intentado.

Estos cambios llegan en un momento de falta de motivación , cuando piensas que ya lo has logrado todo, sientes que te faltan esas ganas por ilusionarte, tus sentimientos parecen cambiar y te confundes. Y de repente ¡Chasss! En un segundo, en un chasquido, la cordura vuelve a tu cabeza y tus latidos vuelven a ser igual de fuertes, la motivación y la ilusión vuelven a ti como si nunca se hubieran ido porque realmente nunca se fueron.

Esta reflexión que puede aplicarse a múltiples sentimientos, en mi caso no es otro que a la ilusión de ver ganar al Madrid, a mi pasión por el escudo blanco. Esta semana de capa caída y pensando más en la Champions que en las pocas jornada de liga que quedan por disfrutar esta temporada, me ponía delante del papel en blanco y escribía Real Madrid y como nuestros colores, en blanco me quedaba, qué escribía yo que no se hubiera dicho ya o que no se supiera de este gran equipo.

En Liga solo estamos esperando que pinche el Barça, en Copa estamos fuera y en Champions… en Champions estamos esperando a la final, pensamos en la Juve como si fuera un rival que queda un martes de buena tarde para echar una pachanga y esto no puede ser así: uno porque la desmotivación nos hace débiles y dos porque estamos más preocupados por una posible final con nuestro eterno rival que en jugar en Turín y en el Bernabéu, nuestra cabeza ya está puesta en Berlín y amigos.. esto es un error; la falta de motivación, la no ilusión, que no la desilusión, ¡no confundir! Me hicieron perder el norte o el fondo sur que tantas alegrías me ha dado y me darán, porque el que nunca falla siempre está. Y pocas horas antes del partido del miércoles pensaba.. y ahora un partido “tonto” contra el Almería, un miércoles “tonto” a las ocho de la tarde, después de trabajar, qué innecesario.. y qué equivocada estaba. Sabía que tenía que acudir a mi cita con el equipo una jornada más y en mi cabeza aunque desmotivada, no se me ocurrió ni por un momento en no acompañar a los míos, simplemente estaba.. desmotivada. Hasta que llegue a las inmediaciones de Chamartín y sentada frente al Bernabéu, con mi bufanda y mi camiseta blanca, contemplando la belleza de ese templo del fútbol se me pasaron todos estos sentimientos extraños e incontrolables. Porque el amor al equipo nunca se marchó.

Y como si el mismísimo Juanito estuviera allí presente y fuera mi voz de la conciencia pensé… qué afortunada soy por pertenecer a este gran club. Y aquí acabó la historia, lo intenté, intenté mejorar mi fanatismo, ser más moderada y menos apasionada pero no lo conseguí. Así que entré al estadio decidida y coreé los 90 minutos ¡Hasta el Final vamos Real! Y así será ¡Hasta el final!

juanito ilusión

A por el próximo encuentro, esta vez si en Turín y un escalón más para conseguir otro sueño más. Porque tengo ilusión de ver ganar al Madrid hasta en la Play.

Sobre El Autor

Lara Molina

“La camiseta del Real Madrid es blanca, se puede manchar de barro, sudor y hasta de sangre, pero nunca de vergüenza.” Santiago Bernabéu.

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