Entre la gloria y el destierro se encuentra Osasuna. No obstante, gracias al empate a uno frente al Numancia en casa, los navarros consiguieron salir del descenso. Ahora se encuentran en la posición número 18 de la tabla de la Liga Adelante y tan solo un punto les separa de la parte roja de la clasificación.

A falta de nueve encuentros para finalizar la temporada, los rojillos mantienen la esperanza de poder salvarse y continuar otro año más en Segunda División. Pero la agonía en estas últimas jornadas estará presente en todo momento. Lo que está viviendo Osasuna es una situación extrema. Los navarros se debaten entre la permanencia o la temible desaparición del club en el caso de bajar a Segunda B. Al menos, si los rojillos se salvan tienen las posibilidades de salir a flote, a pesar de la gigantesca deuda con la que vienen cargando.

José Manuel Mateo tiene trabajo por delante. El 50 por ciento lo tiene hecho, ya que el equipo está unido y va a luchar y anteponerse a las adversidades, empezando por todos los choques que tienen hasta final de temporada, los cuales no serán nada fáciles. Algunos de ellos se están jugando el ascenso a Primera, como Las Palmas, la Ponferradina o el Girona; y otros se están disputando lo mismo que Osasuna, es decir, las plazas de la salvación, como por ejemplo Sabadell o Recreativo (equipos que están a tan solo un punto de los rojillos).

De momento la luz al final del túnel no se verá hasta que no estén lo bastante distanciados de la zona roja como para afianzarse la salvación y la permanencia en Segunda. Pero para llegar a esa luz, no tendrán más remedio que pasar penurias, agonías y sufrimientos. En esta vida todo se consigue con esfuerzo y luchando y en el fútbol viene a ser lo mismo, por lo que a Osasuna no le queda más remedio que pelear hasta conseguir el único propósito desde que empezaron a ir las cosas mal: la salvación.

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