Dice el Cholo Simeone, líder del vestuario y guía espiritual de los seguidores del Atlético de Madrid , que no cree en la venganza sino en las nuevas oportunidades. Y lo que Diego Pablo, artífice de la resurreción rojiblanca, dice va a misa.

Casi siempre.Cholo Doblete

Porque en cuestión de venganzas, oportunidades, revanchas o justicia, ya sea divina o futbolística, hay colores y opiniones para todos los gustos.

Hace unas semanas, en las jornadas de Cultura en Rojo y Blanco, preguntaron si la Final de Milán era venganza a tres grandes atléticos como son Adelardo Rodríguez, José Luis Garci y José Antonio Martín «Petón». Los dos primeros descartaron semejante término y se refirieron a la victoria atlética como a una cuestión de justicia. Vinieron a decir que si existe la justicia en el fútbol y en la vida,  ganará el Atlético.

Adelardo, Garci, Petón

Entonces le llegó a turno a Petón.

«Es venganza. Venganza superlativa, venganza cósmica. Venganza hispana, la venganza de toda la vida.»

El auditorio reunido en la sala del Matadero se puso en pie y ovacionó al periodista dejando aflorar un sentimineto compartido por la mayoría de los atléticos.

Y es que, la mayoría, contrariamente a lo que puedan pensar quienes simplemente no lo pueden entender, está orgullosa de la actuación de su equipo en Lisboa. Un equipo que, destrozado físicamente tras la «machada» de arrebatarle la Liga al Barcelona en el Camp Nou, sin su mejor jugador en aquel momento sobre el campo (Arda Turan), con su goleador retirándose en el minuto 8 de partido (Diego Costa), con sus dos laterales medio cojos (Juanfran y Filipe), con todo en contra, venció durante 93 minutos a un «todopoderoso» Real Madrid plagado de estrellas. Un Real Madrid que fue incapaz de marcar un gol en 93 minutos. Un Real Madrid que había dado el partido por perdido y a su entrenador por desahuciado durante noventa y tres minutos. Un Real Madrid que vio el cielo abierto con un descuento discutible para muchos y un gol postrero para unos y heróico para otros. El fútbol ese día fue injusto si lo cuentan los atléticos y justísimo si quienes lo hacen son los madridistas. Ley de vida.

De ese gol, de las veces que los atléticos han escuchado lo del minuto 93, Lisboa, Sergio Ramos, etc. aunque estuviesen comentando el reciente partido de Liga en que habían derrotado al vecino por 4-0; de las burlas, de los vaciles, de los inagotables comentarios jocosos y despectivos sean cuales fueren los resultados posteriores, vienen los deseos de venganza.

La justicia es otra cosa. Justicia reclaman algunos por la manera cruel y dolorosa de perder dos finales de Champions en dos minutos. Muchos sin embargo no miran al pasado para pedirla, sino al presente más cercano: a la Champions de esta temporada.

Fernando Torres

Porque puede parecer de justicia que la gane quien más la ha peleado, quien más obstáculos ha vencido, quien se ha enfrentado al sorteo más difícil, a los rivales más duros, a todas las apuestas en contra, a todas las críticas, a todos los reconocimientos. Para muchos será de justicia que la gane quien más la merece.

Otros, sin embargo, pensarán que debe levantar la Copa el que más la necesita. Y si de necesidades hablamos habrá quien afirme que, sin duda, los blancos la necesitan infinitamente más para salvar una temporada que, sin títulos, habrá sido un fracaso.

La temporada del Atleti, sin embargo, se convirtió en éxito cuando superó un cruce de cuartos que parecía insalvable y, tan solo unas semanas después, cuando hizo lo propio con el Bayern de Munich. Dejar en la cuneta a los dos favoritos a levantar la Champions es un triunfo ya en sí.

Todos los aficionados atléticos estarán orgullosos del trabajo sobrehumano de los suyos esta temporada. Pase lo que pase el sábado.

Pero, seamos realistas, a los atléticos, ya puestos, no les vale con haber llegado a la final. Tienen que levantar la Copa en Milán. Porque el camino que han recorrido lo merece, porque sería la primera vez que un equipo se proclama campeón tras derrotar solo a campeones de las distintas ligas europeas (salvo al Real Madrid), porque zanjarían dos deudas con la historia, porque se lo deben a Luis Aragonés y sus compañeros del 74, pero, sobre todo, porque se lo deben a ellos mismos.

Porque tienen una nueva oportunidad: la de hacer historia, la de impartir justicia, la de culminar su particular venganza.

Atleti-PSV

 

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