Si hasta hace una semana veían la luz por la victoria in extremis en los dos últimos minutos, ahora, a pesar de tener los mismos puntos que antes, la forma que coge el panorama es turbia. El palo contra el Girona les ha tocado hasta el fondo. El 3-0 encajado les deja en la misma posición que hace siete días, en la décimo novena y en puestos de descenso y empatados a puntos con el décimo octavo, el Sabadell (36).

Y se ve desde esa perspectiva no porque Osasuna esté lejos de la salvación ni mucho menos, sino porque el percal se ha oscurecido por parte del técnico José Manuel Mateo, ya que tan solo ha conseguido una victoria y tres empates en diez jornadas y hoy la junta directiva estudiará si deben dar continuidad al entrenador o no. Recordemos que Mateo sustituyó el 28 de febrero a Jan Urban. Por aquel entonces los rojillos contaban con tres puntos de ventaja sobre el descenso.

La decisión que se tome puede que desmorone un poco al equipo, en el caso de que haya una destitución, o puede que se tomen de otra forma este toque de atención y echen el resto en  los últimos seis partidos de liga que quedan, porque no solo es problema del entrenador la mala racha que están teniendo los navarros, sino también de la plantilla.

Toda la directiva tendrá que pensar y meditar bien las cosas antes de tomar la última decisión porque esta, puede marcar el final de liga y en el caso de perjudicar, seguramente se arrepientan. Lo que quedan ahora son seis finales en las que Osasuna, si quiere lograr la permanencia en la Liga Adelante deberá dar el 200 por ciento, ya que ni en sus peores pesadillas se esperaban esta situación al inicio de la temporada.

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