Copa América. El torneo de mayor importancia del continente. Argentina presente. La selección albiceleste sobre el césped y el hincha argentino en las gradas. Por favor, pibes…y os lo pido a ambos.

A la selección:

Queridos jugadores de la selección argentina. Mis queridos «pibes», sobra decir que tenéis que salir a darlo todo, a demostrar que sois el mejor conjunto del continente y por qué, esta vez, os llevaréis una nueva Copa América. Sólo Uruguay os supera en número y eso se puede solucionar, y se puede hacer en esta edición. Yo soy consciente de ello, como los sois vosotros y como lo tiene, por cierto, vuestro seleccionador, Gerardo Martino. (¡Saludos «Tata»!)

Enfrentarse a conjuntos como Paraguay, Uruguay y Jamaica será vuestro sino y estoy segura de que lo haréis de la mejor manera posible, como en el amistoso que el otro día os enfrentó a Bolivia y que tan bien solventasteis con un 5-0. Demoledor, así os queremos en adelante. Con la llegada de compañeros como Messi, Tevez o Mascherano está la plantilla al completo y es probablemente la mejor de todas las que se disputarán el torneo. Demostradlo. Pero no como en el Mundial, no llegando a la final…esta vez hay que llegar y ganarla. Tenéis que darle una nueva alegría futbolística a este país,  padre de dioses del balón y maestros del fútbol, que ve cómo le falta que sus estrellas, fuera de sus fronteras, consigan el mismo efecto con la camiseta de su selección. Sé que lo haréis, más vale que así sea. Sabéis mejor que yo que el hincha argentino, el albiceleste de corazón,  no perdona pero es agradecido en la victoria.

Al hincha argentino:

¡Tú!, ¡eh!, ¡tú!..sí, el seguidor de la albiceleste que se dirige al estadio, el que lo ve desde casa y el que lo escucha a través de la radio o internet…da un poco de tregua a los pibes. Tú, que veneras a tu país, que sabes de lo que es capaz y que confías en ellos, no les des la espalda en el primero fallo, en el primer error, en la posible derrota. Los que están corriendo sobre el césped se dejan la vida por defender un escudo y unos colores, los mismo que tú pintas sobre la cara y que agitas en forma de bandera. Todos queréis lo mismo, no lo olvides.

Somos los aficionados los que cometemos el terrible error de lanzar piedras contra nuestro propio tejado en muchas ocasiones. Los argentinos sois como un verdadero tango sobre las gradas, la pasión no se mide, pero por favor, aprended a controlarla (un poco). Estos chicos que ahora defienden vuestros colores no pueden recuperar la final del último mundial frente a Alemania, ni mucho menos devolver la final del mundial de Brasil, pero por favor no desconfiéis de su amor por esa bandera ni les achaquéis falta de entrega. Ellos no aman menos su patria que vosotros.

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