Un lugar, San Mamés. Un escudo el del Athletic y un día, sábado. Jornada de reflexión y jornada de fútbol. Casi me interesa más esto segundo. Ayer se presentaba la tarde movidita cuanto menos. Muchos eran los campos españoles en los que se jugaba «algo» y era ese «algo» lo que lo hacía especial. Lo que marcaba esta jornada en el calendario como una específica y extraña en la que derramar más de una lagrimilla.

El partido en San Mamés venía marcado principalmente por dos motivos: la lucha por Europa y el adiós a Iraola. ¿Qué podía emocionar más? Ver a un estadio al completo aplaudir de forma sentida en el mismo minuto en que se refleja tu dorsal (minuto 15), como le sucedió a Andoni Iraola, fue quizás lo más sentimental que pudimos ver sobre el terreno de juego.

Un 4-0. Matador. Sin dar opciones al Villareal y sellando así una séptima plaza que le permitirá el año que viene competir de forma continental. Europa está ahí. El objetivo inicial de la temporada se consigue. La lucha, el sufrimiento, el trabajo que se llevó a cabo desde inicio de temporada ha dado sus frutos. Si bien las rachas se han ido sucediendo en esta temporada dando lugar a dudas, desconfianzas y momentos de euforia que se salteaban en el tiempo, la línea regular del final ha conseguido obrar el ‘casi’ milagro. Los leones, más que capacitados para estar donde están y haber llegado hasta esta posición, han pasado por muchos momentos de juego irregular. Por suerte todo eso ha quedado atrás.

Sin compasión por su rival. Adúriz (en 2 ocasiones), Iraola y Beñat pusieron la guinda al partido final de temporada. Ahora la mente de los vascos está puesta en otro sitio. Tendrán que trabajar duro, entrenar y reflexionar. Porque ahora les queda algo aún más difícil. Prepararse. Estar a mil por mil y darlo todo en lo que viene por delante. La lucha por el título de Copa, nada más y nada menos que frente al campeón de Liga, el FC Barcelona. No será fácil, pero los cuatro que le endosaron al submarino amarillo sirven a los culés de advertencia. El Athletic irá a por todas a Barcelona, quiere sacar la gabarra a pasear y levantar el título. Lo tienen claro. Sólo queda ver que sucede el próximo día 30.

Lo de Europa está un poco más «en el aire«. Los de Valverde pueden comenzar a pensar en ello, pero no sería recomendable olvidar que antes de que llegue ese momento, para el que estarán de sobra preparados, tienen que competir, como acabo de decir por otro trofeo. Los rojiblancos lo saben y aunque hoy rebosen euforia europea, las mentes surcan la idea de ganar en el Camp Nou.

«No es como se empieza, es como acaba» y el Athletic ha acabado de la mejor forma posible. Con plaza europea y a punto de disputar un título.

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